En 1965, el Pastor Chuck Smith comenzó su ministerio en Calvary Chapel Costa Mesa con sólo 25 personas. Desde el principio, el Pastor Chuck dio la bienvenida a todos, jóvenes y personas mayores, sin juzgarlos, poniendo su énfasis en la enseñanza de la Palabra de Dios. Su enfoque bíblico, simple pero sólido, atrajo a 25.000 personas semanalmente.

Con una sincera preocupación por los perdidos, el pastor Chuck dio cabida en su corazón y en su casa a una generación de hippies y surfistas, generando un movimiento del Espíritu Santo que se extendió desde la Costa Oeste hasta la Costa Este, y ahora, por todo el mundo. Lo que comenzó como una pequeña iglesia local ha crecido hasta convertirse en un ministerio internacional con más de 1.800 comunidades en todo el mundo.

En 2011 el pastor Yoshimi Horiuchi junto con su familia y un pequeño grupo de hermanos en la fe comenzaron a reunirse en el estacionamiento de su casa para estudiar la Biblia verso a verso. Ese mismo año rentaron una casa en el Fraccionamiento Altabrisa por unos meses para después rentar una bodega donde estuvieron ocho años antes de llegar al sitio donde nos reunimos desde el año 2020. Dios ha sido fiel formando una gran familia en la fe por lo cual estamos agradecidos.

Un distintivo fundamental de Calvary Chapel es nuestro empeño en declarar a la gente todo el consejo de Dios (Hech. 20:27). Por eso, estudiamos la Palabra verso por verso,  dándole sentido para entender su significado (Neh. 8:8).

Es el deseo supremo de Dios que nosotros experimentemos Su amor y que lo compartamos con otros (Jn. 13:34). Nuestro deseo es que aquí puedas encontrar una familia en quién apoyarte.

Los cantos a Dios también forman una parte importante de nuestras reuniones (Col. 3:16). A través de ellos experimentamos comunión con Cristo, expresando nuestra gratitud y deseo de adorarlo juntos.

El ambiente en Calvary es cálido, casual, y relajado. Esto no significa que perdamos reverencia por las cosas importantes. Puedes aplaudir o mantenerte callado, a Dios le interesa nuestro corazón primero (1 Sam. 16:7).

Creemos que un único, verdadero, y santo Dios creó el universo y lo sustenta. Él está en todos lados, todo lo puede, y todo lo sabe. Existe desde la eternidad en tres personas – Padre, Hijo y Espíritu Santo (Gén. 1:1, Deut. 6:4, Isa. 44:8, Mat. 28:19-20, Jn. 10:30, Heb. 1:3).

Creemos que Jesús es Dios. Él nació de una virgen, concebido por el Espíritu Santo, y vivió una vida sin pecado, demostrando su naturaleza divina. Después, murió inocentemente para pagar nuestra deuda y tres días más tarde resucitó, venciendo el poder de la muerte. Él es nuestro Salvador y el único camino al Padre (Isa. 7:14, Miq. 5:2, Mat. 1:23, Mar. 16:19, Luc. 1:34-35, Jn. 1:1-2, 8:58, 11:25, 1 Cor. 15:3-4, 1 Tim. 3:16, Heb. 1:8, 1 Jn. 1:2, Apo. 1:8).

Creemos que la única manera de vivir una vida agradable a Dios es a través de su Espíritu. Hasta el día de hoy, el Espíritu Santo convence, regenera, habita, capacita, y empodera a los seguidores de Jesús con dones sobrenaturales para andar como Él anduvo (Hech. 1:8, 2 Cor. 3:18, Jn. 6:13, 14:16-17, 16:8-11, Rom. 8:26, 15:33, 1 Cor. 12:1-14:40, Heb. 9:14).

Creemos que todo ser humano es pecador por voluntad y naturaleza. En consecuencia, el hombre está condenado a juicio, separado de Dios, y sin esperanza en sí mismo. Por su gracia, Dios perdona y regenera por medio de su Espíritu a todo el que se arrepiente y confiesa con fe que Jesús es su única salvación (Hech. 8:15-17, Efe. 2:1-3, 2:8-9, Rom. 3:23, 5:8, Tito 3:5).

Creemos que la totalidad de la Biblia es la Palabra de Dios – inspirada, autoritativa, y sin error alguno. Su Palabra transforma nuestra manera de pensar.  Por eso, la estudiamos verso por verso, desde Génesis hasta Apocalipsis (Isa. 28:13, Neh. 8:8, Jn. 17:17, 2 Tim. 3:16,-17, Heb. 4:12, 1 Ped. 1:23-25, 2 Ped. 1:3-4, 21).

Creemos que los seguidores de Jesús lo vieron ascender al cielo. De la misma manera, nosotros le veremos regresar a la Tierra para juzgarla. En aquel día, los muertos resucitarán para vida o muerte eterna (Mat. 16:27, Hech. 1:11, Apo. 19:11-16, 20:11-15).