Todos juntos al final
Una de las lecciones más valiosas que aprendí de mi abuelo fue la importancia de nunca hacer diferencia entre los hijos. Mi abuelo tuvo siete herederos, y a cada uno le dejó de herencia un terreno rústico exactamente igual en cuanto a sus dimensiones. Con este acto, dejó claro que, para él, no existía preferencia alguna entre sus hijos.

Esta imagen vino a mi mente al reflexionar sobre lo siguiente:
"Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros."
-Hebreos 11:39-40 (NTV)
¿A qué se refiere el autor de Hebreos? Este capítulo 11, conocido como la "Galería de los Héroes de la Fe", recorre la historia de aquellos hombres y mujeres que enfrentaron pruebas gigantescas y, sin embargo, su fe se mantuvo inquebrantable. Estamos hablando de figuras como Abel, Noé, Abraham y Moisés, personas que demostraron vivir por la fe, siendo esta la cualidad necesaria para agradar a Dios y recibir su recompensa, como se menciona en el capítulo.
Más adelante, el autor nos revela que estas personas de fe murieron creyendo que recibirían la recompensa de Dios, pero solo la saludaron desde lejos.
Me pregunto: ¿habrán sido recompensados ahora que están con el Señor? La respuesta es un rotundo acto de equidad divina, y se halla justo al final del capítulo, donde el autor nos dice: "no llegarán a la perfección (a tener lo que Dios prometió) sin nosotros".
Esto significa que el galardón que Dios tiene preparado para todo aquel que cree en Él —sean los héroes de la fe que nos precedieron o nosotros, los que creímos en los tiempos postreros— lo recibiremos al mismo tiempo. Será en el día de la manifestación plena de Su gloria, cuando Cristo sea exaltado, tal como leemos en Apocalipsis.
Me pregunto: ¿habrán sido recompensados ahora que están con el Señor? La respuesta es un rotundo acto de equidad divina, y se halla justo al final del capítulo, donde el autor nos dice: "no llegarán a la perfección (a tener lo que Dios prometió) sin nosotros".
Esto significa que el galardón que Dios tiene preparado para todo aquel que cree en Él —sean los héroes de la fe que nos precedieron o nosotros, los que creímos en los tiempos postreros— lo recibiremos al mismo tiempo. Será en el día de la manifestación plena de Su gloria, cuando Cristo sea exaltado, tal como leemos en Apocalipsis.
Hermano, hermana, ¿no te llena de profunda alegría saber que Dios, gracias al sacrificio perfecto de Cristo, nos reunirá a todos? Al igual que un buen Padre, Dios nos ha prometido una herencia, y por Su inmensa gracia la recibiremos, ¡junto a todos los que son nuestros hermanos en la fe! Así es: recibiremos a Cristo, nuestra herencia eterna.

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Posted in Unidad, Recompensa, Eternidad, Jesús, Dios, Gozo, Fe, Esperanza, Hebreos
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2 Comments
Amén!
Gloria a Dios por compartir esta gran Bendición y Promesas del Señor. Bendiciones