El regalo
Iba por la calle al salir de la oficina y, de repente, vi un billete de 200 pesos y lo levanté. Miré a mi alrededor y no había personas cercanas. En mi interior iba brincando de alegría porque no siempre me sucede algo así. Llamé a casa y les conté lo que me había pasado; en verdad estaba alegre.

De acuerdo con la psicología, la alegría se define así: normalmente se presenta como un sentimiento de placer por un suceso o situaciones favorables, tanto por la ocurrencia de un evento deseado como por la eliminación de otros desagradables. Se manifiesta con un buen estado de ánimo, satisfacción, tendencia a mostrar una sonrisa o a reírse, y sentirse relajado. De igual manera, la alegría puede ser temporal, debida a un suceso o beneficio de corto plazo.
Pasando a lo que me sucedió —y que seguramente a muchos de ustedes también—, la felicidad me hizo platicar lo acontecido con mis cercanos. Pero el beneficio fue temporal: la pizza se llevó los 200 pesos.
Y, como cristianos, sabemos que tenemos el mejor regalo, que no tiene caducidad y que inmerecidamente nos fue dado:
Y, como cristianos, sabemos que tenemos el mejor regalo, que no tiene caducidad y que inmerecidamente nos fue dado:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
-Juan 3:16 (NBLA)
Esto sí que es alegría infinita para nuestros corazones. Jesús es el mejor regalo que nos pudo haber sido dado. Él nos recuerda, por medio de la Palabra, su bondad, amor, misericordia, perdón, restauración y, sobre todo, la vida eterna a su lado.
¿Te das cuenta de esto? Jesús es el mejor regalo para nuestras vidas. Y esto es algo que no debemos guardar; en esa alegría nuestro corazón debe compartir ese gozo con nuestros cercanos y, si vamos un paso más allá, con los que nos vamos encontrando en el camino.
¿Te das cuenta de esto? Jesús es el mejor regalo para nuestras vidas. Y esto es algo que no debemos guardar; en esa alegría nuestro corazón debe compartir ese gozo con nuestros cercanos y, si vamos un paso más allá, con los que nos vamos encontrando en el camino.
“Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero.”
-1 Timoteo 1:15 (NBLA)
Jesús vino a salvarnos, vivió entre nosotros y murió en la cruz para el perdón de nuestros pecados. También nos dejó en la Palabra lo siguiente:
“Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.»”
-Marcos 16:15 (NBLA)
Compartir el evangelio es un gran privilegio y responsabilidad. El mensaje también se transmite con la forma en que vivimos. No solo es el gozo de lo que recibimos, sino que debemos creerlo y abrazarlo para vivirlo.
Al terminar de leer estas líneas, observa a tu alrededor: seguro hay alguien que necesita conocer el mensaje. Ve y compártelo; su corazón está esperando.
Dios te bendiga y te guíe. Excelente inicio de semana.
Al terminar de leer estas líneas, observa a tu alrededor: seguro hay alguien que necesita conocer el mensaje. Ve y compártelo; su corazón está esperando.
Dios te bendiga y te guíe. Excelente inicio de semana.

2 Comments
Amén. Que alegría!!! Tener a Jesucristo en mi corazón, no hay mayor regalo; gracias Dios!!
Hermoso Regalo ?