Clama a mí

Cuando nos encontramos en prueba, dificultad, tentación o tribulación, se nos abre un abanico de posibilidades y alternativas a las cuales recurrir para buscar la solución, o, de menos, un "curita" para lo que sea que estemos pasando.
Jeremías estaba por enfrentar el terror de un asedio y el pronto cumplimiento del juicio que Dios había prometido. Y, justo en el momento en que el juicio estaba a la puerta, Dios habló una palabra de esperanza, de invitación y de fe a Jeremías y a Jerusalén.

"Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces."
-Jeremías 33:2-3

Dios estaba haciendo una invitación a Jeremías y a todos los que lo oyeran: venir a Él en oración llena de fe, confiando en su respuesta.

Y esa invitación es extensiva para ti y para mí el día de hoy.
Mi querido hermano, ya sea que te encuentres en pastos verdes o atravesando valle de sombra de muerte, ten la certeza de que, si has puesto tu confianza en Jesús como tu Salvador, como hijo de Dios, Él cuida de ti, Él está contigo.

Conoce las promesas que nos dejó escritas en la Biblia y créelas; aférrate a ellas en el día bueno y en el día malo. Y dáselas a conocer a todos a tu alrededor.

"Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre."
-Salmo 121

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