Despojémonos del orgullo
"Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune."
-Proverbios 16:5
La Escritura menciona en numerosas ocasiones el rechazo del Señor hacia la soberbia (orgullo, arrogancia, altivez de corazón), que es lo opuesto a la humildad y mansedumbre.

Date cuenta cómo el orgullo es raíz de muchos dolores de cabeza en nuestras vidas. Por ejemplo, alguien que es arrogante difícilmente reconocerá sus errores, carencias, limitaciones, culpas, lo cual conlleva a otros problemas como la dificultad para pedir ayuda, para ofrecer disculpas, para pedir perdón de corazón o para sujetarse a alguna autoridad.
Alguien así siente menosprecio por las ideas de los demás porque piensa que las suyas con mejores. Por otro lado, el altivo suele sentir que la culpa siempre es de alguien más.
Alguien así siente menosprecio por las ideas de los demás porque piensa que las suyas con mejores. Por otro lado, el altivo suele sentir que la culpa siempre es de alguien más.
Querido hermano, aprendamos lo que nos enseña Cristo: "aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;"
Aprendamos a sentirnos menos importantes de lo que somos la realidad. Levantemos la mirada al cielo y, al contemplar la grandeza de la creación del Señor, digamos “Padre, tienes razón”.
Aprendamos a sentirnos menos importantes de lo que somos la realidad. Levantemos la mirada al cielo y, al contemplar la grandeza de la creación del Señor, digamos “Padre, tienes razón”.
"El orgullo del hombre lo humillará, Pero el de espíritu humilde obtendrá honores."
-Proverbios 29:23

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